miércoles, 26 de diciembre de 2012

JOSÉ MARÍA SÁNCHEZ-MOLERO Y LLETGET

Busto dedicado al ingeniero militar José Mª Sánchez-Molero
El pasado 3 de agosto tuvo lugar en el Jardín de la Casa de las Aguas un homenaje a José María Sánchez-Molero (1836-1874), ingeniero militar, arqueólogo e historiador, iniciador del Servicio de Abastecimiento de Aguas de Montilla en 1871.
 
El acto, que contó con la presencia de los descendientes, consistió en el descubrimiento del busto que estuvo ubicado en el Paseo de las Mercedes, ahora trasladado a una pequeña glorieta en el Jardín de la Casa de las Aguas y acompañado de una placa conmemorativa, así como la inauguración de una Exposición Bibliográfica dedicada al homenajeado, donde se exhibieron importantes documentos relativos a la creación del Servicio y Distribución de las Aguas de la Fuente del Cuadrado, manuscritos, libros y otros testimonios.

Hijo de Francisco y Dolores, José María Sánchez-Molero nace en Madrid, el 18 de noviembre de 1836. A los dieciocho años ingresa en el Ejército como alumno de la Escuela Especial del Cuerpo de Estado Mayor, donde se gradúa de Teniente de E.M.

En 1859 comienza su brillante carrera militar. Enrolado en el Ejército de África a las órdenes del general Leopoldo O’Donnell, participa en el conflicto bélico hispano marroquí, batiéndose en aquel peligroso avispero en que se había convertido las alturas del Serrallo, Sierra Bullones y Triut, en las inmediaciones de Ceuta.

De allí saldría, un año después, ascendido a Capitán de Estado Mayor para formar parte en 1863 de la Comisión facultada para realizar el Itinerario Descriptivo Militar de España y el alzado del Mapa Itinerario Militar de España, participando en la elaboración de varias rutas entre las provincias de Guadalajara, Soria, Zaragoza y La Rioja, cuyos trabajos serán publicados en 1866. Igualmente, formará parte de la Comisión para el reconocimiento de la línea del Ferrocarril del norte de España, que se estaba construyendo.

Estos importantes trabajos le facultaron para ingresar en la Comisión Topográfica de Andalucía, constituida por Orden Gubernamental en 1864 para atender las peticiones del Emperador de los franceses, Napoleón III, que en esa época redactaba su Historia de Julio César y precisaba de los datos e informaciones relativos a la campaña de Munda. Este motivo condujo a Sánchez-Molero hasta Montilla, donde se halló durante ese año reconociendo el término municipal en busca del posible escenario bélico romano, cuyas informaciones, especialmente las topográficas, referentes a las campañas de César en Córdoba fueron redactadas por él.


Portada del poemario dedicado a Sánchez-Molero
Tres años más tarde regresa a Montilla para completar el levantamiento de planos, así como las prospecciones arqueológicas realizadas bajo la orientación del barón Stoffel. Fruto de sus investigaciones, el ya Comandante Sánchez-Molero publicó simultáneamente en Madrid y en París, en 1867, su obra Breve reseña de las campañas de Cayo Julio César en España y examen crítico de la situación de Munda, que contribuyó decisivamente a esclarecer algunos puntos sobre la exacta localización de Munda.

El privilegiado conocimiento del terreno donde se sitúa Montilla, le impulsa a proponer a la Corporación Municipal, en 1867, el primer proyecto de traída de aguas a la ciudad, procedentes del manantial del Cuadrado, proyecto que se hará realidad cuatro años más tarde, tras complejas obras de conducción hasta la Casa de las Aguas, palacete adyacente a los depósitos que reconstruye para instalar su residencia. En los citados años también adquiere varias fincas rústicas e inicia, con su propia financiación, la ejecución del proyecto ya aprobado por el Gobierno y Diputación Provincial de Córdoba.
Finalmente el 16 de julio de 1871, último día de las fiestas patronales, se inauguran y bendicen las instalaciones de la empresa del “Servicio de Abastecimiento de Aguas de Montilla”, con las que la ciudad disfrutaría de un servicio esencial para el bienestar y la salud de sus ciudadanos.

Ante el entusiasmo y júbilo del vecindario, las autoridades municipales acuerdan declarar hijos adoptivos de Montilla a José María Sánchez-Molero y a su esposa María de los Dolores Moreno, como muestra de gratitud y reconocimiento.

A la par, su trayectoria militar continuaba imparable. Fue nombrado Oficial de la Sección de Guerra y Marina del Consejo de Estado, y asciende a Teniente Coronel de E.M. y Coronel del Ejército. En Madrid, destinado en la Capitanía General de Castilla la Nueva, en 1874 cae enfermo y paulatinamente empeora su salud, hasta encontrar la muerte el 21 de septiembre de ese año, a la edad de 38 años.

José María Sánchez-Molero, con uniforme de Estado Mayor
Su viuda mandó realizar un busto en mármol blanco un retrato en óleo sobre lienzo (conservado en la Casa del Inca), que sus descendientes donaron a Excmo. Ayuntamiento a fin de perpetuar su memoria y su vínculo con Montilla. Sobre la guerrera del uniforme de Estado Mayor que viste en ambos retratos, luce los méritos y condecoraciones alcanzados en su corta –pero fecunda– carrera militar, que truncada por una prematura muerte nos recuerda su participación en los siguientes hechos históricos de nuestra nación: Cruz de San Fernando de 1ª clase por el combate de Sierra Bullones (1859), Medalla de África y Declaración de Benemérito de la Patria por las Cortes (1860), Cruz de 1ª clase del Mérito Militar por los trabajos en la Comisión del Ferrocarril del Norte (1865), Cruz de 2ª clase del Mérito Militar para “premiar servicios especiales” por los prestados en el levantamiento del Mapa y Manual itinerario militar de España (1867), y Encomienda de la Orden de Isabel la Católica (1871).
 
Entrado ya el siglo XX, la Corporación Municipal montillana acordó rotular la antigua calle Doñas Marías (por la que se tenía acceso a los depósitos y oficinas de la empresa suministradora) como “Sánchez Molero” en memoria y homenaje póstumo del ingeniero militar.
 
En el año 2000 el Excmo. Ayuntamiento adquirió el palacete neoclásico que levantara en la calle San Fernando, popularmente conocido como Casa de las Aguas,  para convertirlo en un centro cultural de primer orden, ubicando en el mismo el Museo Garnelo, la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque y el Archivo Histórico de Protocolos Notariales.

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