sábado, 23 de octubre de 2010

LOS ROSARIOS PÚBLICOS, MOTIVO DE LA CREACIÓN DE LA COFRADÍA DE NTRA. SRA. DE LA AURORA

El Rezo del Rosario

La devoción al rezo del Rosario fue difundida por los frailes dominicos, a tenor de las directrices que su fundador, Santo Domingo de Guzmán (1171 – 1221), dejó reflejadas en las constituciones de la naciente Orden de Predicadores.

Es en el último tercio del siglo XVI cuando se incrementa la difusión de la devoción a Ntra. Sra. del Rosario, que llega amparada por varios pontífices del hábito dominico. Entre ellos cabe destacar a Miguel Ghistieri, que ascendió al trono pontificio con el nombre de Pío V, y que fue precursor -entre los reinos de España y Venecia conjuntamente con los Estados Pontificios- de la Liga Santa, ante la amenaza de invasión del imperio otomano a Europa. El pontífice difunde a la cristiandad la súplica de encomienda a la Stma. Virgen a través del rezo del Rosario, suplicando por la protección de las huestes cristianas en la batalla naval de Lepanto, dirigida por Don Juan de Austria, hijo del emperador Carlos I de España. Esta contienda es presenciada y denominada por el soldado Miguel de Cervantes como “la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros”.

Tras ser vencido “el Turco” el domingo 7 de octubre de 1571, el pontífice dominico titula a la Madre de Dios, Señora de las Victorias, e instituye su fiesta en esta histórica jornada en conmemoración de tal efeméride, otorgándole las oportunas indulgencias.
Desde ese mismo año, esta devoción se expande por todo el imperio de Felipe II de manos de los frailes dominicos, que la hacen llegar mediante prédicas y fundaciones de cofradías, en Acción de Gracias por la milagrosa mediación de Ntra. Sra. del Rosario en aquel domingo de otoño. Las gracias espirituales concedidas por Pío V se vieron refrendadas por su sucesor –y también dominico–, Gregorio XIII, dos años más tarde, trasladando la festividad de Ntra. Sra. del Rosario al primer domingo de octubre.[1]

La proliferación de fundaciones de cofradías del Rosario en la diócesis cordobesa tiene su mayor auge en el periodo en que accede al gobierno episcopal el dominico fray Martín de Córdoba y Mendoza, obispo entre los años 1578 – 1581. En Montilla se funda la primera Cofradía del Rosario el 22 de agosto de 1580, fruto de la misión celebrada en la Parroquia de Santiago por el dominico fray Diego Núñez del Rosario, religioso de la Orden de Predicadores y residente en el  convento de San Pedro Mártir de Marchena (Sevilla).[2] En el siglo XVII existen más de treinta cofradías del Rosario en la diócesis de Córdoba.[3]

Los Rosarios Públicos

A finales del siglo XVII nacen en Sevilla los rosarios públicos, poco después se propagan por todos los rincones de Andalucía. Proliferan las misiones que los dominicos predican por los templos de esta región. En no pocas ocasiones, tienen dificultades para realizar su cometido, ya que las cofradías instauradas en templos asistidos por el clero secular tienen contraídos compromisos con sus consiliarios, que se muestran reticentes a prédica alguna que no sea la suya propia. Esta actitud origina la organización de nuevas cofradías en ermitas y oratorios de menor importancia canónica que los templos parroquiales.
Ntra. Sra. de la Aurora, talla procedente de Granada.
Tal es el caso de Montilla, donde la cofradía matriz del Rosario, tiene que organizar los rosarios públicos en la ermita de la Vera Cruz. Así lo refiere el siguiente testimonio: “Acostumbró asimismo el capellán desta cofradía por sí o por otro eclesiástico rezar todos los días por la tarde, o a las oraciones una parte de Rosario en la Parroquia tocando la campana, y porque en una ocasión se hurtó una lámpara, dificultaron el Vicario y Curas la continuación; y por cumplir  esta devoción se pasó  a rezarlo en la hermita de la Vera Cruz, que está inmediata en el llano de la Parroquia”.[4]

Por aquellas fechas de propagación rosariana, eran comunes las visitas de clérigos regulares de las distintas órdenes religiosas por villas y pueblos. Así “llegaron a Montilla unos religiosos capuchinos Misioneros y fervorizaron la devoción de que saliese el Rosario por las calles y los días de fiesta antes que amaneciese; a cuya causa los mismos hermanos capellán y personas de rezaban en la Vera Cruz, lo comenzaron a sacar todos los días de la Parroquia; y por los inconvenientes, y embarazos que propusieron el Vicario y curas en los términos deste mismo pleito los dichos cofrades continuaron formándolo y sacándolo de San Francisco Solano por donde ha permanecido desde entonces hasta de presente con suma devoción y extensión todos los días, y los de fiesta a dicha hora”.[5]

Los cofrades y devotos del rezo de los quince misterios marianos ejercitan sus manifestaciones de fe desde el Santo a la Parroquia, con las insignias y estandarte de la cofradía matriz. Tal es la asistencia de vecinos al templo de la calle Sotollón, que comienzan a organizarse los rosarios públicos por ese barrio.

La “Cofradía del Santo Rosario de Ntra. Sra. de la Aurora”

Finalmente, en los últimos años del siglo XVII, los congregantes en el templo patronal deciden establecerse en Hermandad, pasando a titularse “Cofradía del Sto. Rosario de Ntra. Sra. de la Aurora”, para lo cual, en 1698 la nueva corporación “sin tener imagen de invocación alguna, y pasados algunos años, trajo de Granada con proporción de N. S. del Rosario y se colocó en capilla de la dicha iglesia de S. Francisco Solano, solicitando continuar dicha hermandad por si, governándose separadamente en su devoto ministerio y luego que se trajo la imagen la comenzaron a titular del Rosario”.[6]

Ante la gran afluencia de montillanos a los rosarios públicos, la autoridad eclesiástica, representada en el obispo de Córdoba “Pedro por la Divina misericordia de la Santa Iglesia de Roma Presbítero Cardenal Salazar del título de Sta. Cruz en Jerusalén” concede el 30 de enero de 1699 gracias espirituales de “cien días de perpetua indulgencia a todas las personas que asistieren al Sto. Rosario que en la Ciudad de Montilla sale de la Iglesia del San Francisco Solano, por cada vez que asistieren a esta devoción”.[7]
Manuscrito fundacional de la Cofradía de la Aurora

Asimismo, ante la perentoria necesidad de colocar la sagrada imagen titular en un lugar digno para su culto, los directivos de la nueva Cofradía solicitan ese mismo año a Dª Feliche Mª de la Cerda y Aragón, Marquesa de Priego, autorización para construir una capilla donde la Madre de Dios sea venerada. La solicitud es concedida, manifestando así la ilustre señora su conformidad: “Por quanto la Cofradía del Sto. Rosario de la ciudad de Montilla sita en la Iglesia de Sr. Franº Solano de dicha ciudad, de que es único Patrono el Marqués Duque, mi hijo me a pedido una de las capillas de dicha Iglesia para apropiarla a dicha Cofradía y fenezerla en atención a estar todavía en gerga, tengo por bien (por ser para un  fin tan del Servicio de Dios Ntro. Sr. y de su Ssma. Madre que como sea alguna de las dos Capillas inmediatas a la mayor) elija la Hermandad del Sto. Rosario de las obras la que sea mas de su satisfacción con calidad de acabarla perfectamente con más el sitio de la Bóveda de la Iglesia de cornisa a cornisa que tuviere de longitud dicha Capilla y de hazer retablo en su Altar con la Imagen de Ntra. Sra. del Rosario su titular, cuidando dicha Cofradía del adorno y aseo de la dicha Capilla como se requiere y compete a una hermandad tan numerosa y donde concurren personas tan condecoradas del estado eclesiástico y secular. Y en la justa confianza de que se ejecutara todo lo referido por dicha cofradía, y para que tenga título perpetuo de la capilla que así eligieren (que desde luego la doy por electa) mande despacharles el presente firmado de mi mano sellado con el sello de las Armas del Marqués mi hijo y refrendado de D. Luis Venegas de Saavedra Caballero del Orden de Santiago mi Secretario en Madrid a veinte y quatro de febrero de mil seiscientos y noventa y nueve años. Feliche Mª de la Cerda y Aragón [rúbrica]”.[8]

El año 1700 es de gran actividad dentro de la nueva Cofradía. Los hermanos se reúnen en cabildo para elegir las dos opciones que la Marquesa de Priego les había ofrecido. Posteriormente, el 16 de enero, deciden que la capilla sea “la inmediata al Altar mayor del lado de la epístola”, ratificando así la Marquesa sus pretensiones por un decreto de 29 de junio.

Este mismo año de cambio de siglo, entre los inicios de la construcción de su capilla y altar, los hermanos componen su libro de estatutos para regularizar canónicamente la Cofradía. Una vez terminada su redacción, lo envían al palacio episcopal cordobés para su aprobación. El volumen, que recoge las condiciones espirituales asumidas, tiene el siguiente título: “Reglas y constituciones que han de observar los hermanos de la hermandad del Santo Rosario de N. S. de la Aurora sita en la casa y Capilla del B. Francisco Solano de la Ciudad de Montilla.” A la postre, las Reglas y constituciones son aprobadas por el provisor y vicario general del obispado el 2 de marzo de 1703.[9]

Este auge que los devotos muestran hacia el rezo de cuentas, pronto implica beneficios a la Cofradía, tales como, limosnas, donativos, mandas testamentarias, o fundaciones de memorias y capellanías, todas ellas administradas por el mayordomo de la misma. Este fenómeno induce a la cofradía a invertir estas limosnas en ampliar su ornamentación y patrimonio.
Primitivo retablo de Nª Sª de la Aurora, obra de Cristóbal de Guadix
Entre los años 1704 y 1705, la cofradía establecida, ya canónicamente, en la ermita de San Francisco Solano, donde estrena nuevo retablo en madera tallada  y dorada. Así queda recopilado en el libro de gastos de la cofradía por el mayordomo Juan Moreno Berrio, quien paga al artista montillano afincado en Sevilla, Cristóbal de Guadix, la compostura del retablo, y a Lucas de Ávila la hechura de su dorado: “Sr. Lcdo. Juan Moreno por esta entregara Vmd. seiscientos cincuenta reales para pagarle a Dn. Cristóbal de Guadix lo que de nuevo ha añadido al Tabernáculo de Ntra. Sra. que por este se le pasarán a Vmd. en cuenta por descargo. Montilla y septiembre 18 de 1705 años.”

“Sr. Lcdo. Juan Moreno por esta entrega a Vmd. tres mil y cien reales para pagarle a Lucas de Ávila, el dorado del Tabernáculo y puertas de la capilla de Ntra. Sra. que por esta se pasarán a Vmd. en cuenta para su descargo.”[10]

A modo de conclusión, sólo queda decir que éstos son tan sólo los primeros pasos de la Cofradía, pues sólo pretendemos situar históricamente este movimiento socio-religioso que se fraguó en toda Andalucía y, cómo no, también en Montilla.

FUENTES


[1] ARANDA DONCEL, Juan. Los dominicos y la difusión de la cofradías del Rosario en la diócesis de Córdoba durante los siglos XVI y XVII. Actas del I Congreso nacional de Advocaciones marianas de gloria. Córdoba, 2002. Tomo I. ps. 75 – 102.
2 Archivo de Protocolos Notariales de Montilla. Escribano Juan Díaz de Morales, notaría 1ª, Leg. nº 13, fs. 889-896.
3 Op. Cit. Los dominicos y la difusión... El académico Arada Doncel llega a contabilizar la fundación entre los siglos XVII y XVIII de 34 cofradías del Rosario repartidas por los pueblos y villas de la diócesis cordobesa.
[4] Memorial del Pleito entre la Cofradía de N. S. del Rosario de la Parroquial y la pretensa de San Antonio. r. 17194. Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque.
[5] Ibídem.
[6] Ibídem.
[7] Archivo de la Cofradía de Ntra. Sra. de la Aurora y San Francisco Solano.
[8] Ibídem.
[9] Memorial del Pleito entre…
10 Archivo Parroquial de Santiago de Montilla. Gastos de la cofradía de Ntra. Sra. de la Aurora, (1704-1865). s/f. En la actualidad, este retablo se conserva en iglesia del antiguo convento de San Agustín, en la nave del evangelio frente al conjunto artístico del Santo Sepulcro.

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