La invención de la Imprenta con tipos móviles de metal
supuso uno de los avances tecnológicos y culturales más importantes de la
humanidad. Ideada por Johannes Gutenberg hacia 1440, constituyó la evolución de
la mentalidad medieval hacia el Renacimiento y aceleró la transmisión del
Humanismo por toda Europa. La primera publicación, fruto del tesón del orfebre
alemán, fue la Biblia de 42 líneas, cuya primera estampación estaba terminada
en 1455.
La imprenta fue introducida en España a través de Italia, en el último tercio del siglo XV. Fue el obispo de Segovia, Juan Arias Dávila, quien solicita al impresor Johannes Párix que se instalara en esa ciudad castellana. En 1472 imprime el Sinodal de Aguilafuente, una obra que recopila los acuerdos tomados por los eclesiásticos segovianos para mejorar la vida religiosa de aquella diócesis, el cual está considerado el primer libro impreso en España.
En el siglo XVI eran pocas las ciudades hispanas que
podían presumir de tener una imprenta, símbolo de la riqueza sociocultural de
una población. La expansión de este ingenio fue lenta y costosa de introducir
en urbes que no eran centros importantes de actividad política, comercial o
universitaria.
En Córdoba no se establece un impresor hasta 1556, año en
que llega a la ciudad Juan Bautista Escudero, probablemente atraído por el
recién fundado Colegio de la Compañía de Jesús, el primero que la institución
docente ignaciana erige en Andalucía gracias al mecenazgo de la II marquesa de
Priego, Catalina Fernández de Córdoba.
En la provincia cordobesa la única localidad que va a
contar con una imprenta estable durante el siglo XVII será Montilla, que en ese
tiempo es una villa habitada por unas 10.000 personas.
La iniciativa parte de Juan Bautista de Morales
(1577-1634), un montillano –a quien hoy llamaríamos emprendedor– que adquiere
en Sevilla una máquina de imprimir con todos sus utensilios, en 1622. El nuevo
ingenio lo instala en su propia casa, situada en la actual calle
Sánchez-Molero. Para poner en marcha el taller tipográfico firmará un contrato
de un año de duración con el portugués Manuel Botello de Payva, uno de los
oficiales de imprenta empleado en el obrador hispalense de Gabriel Ramos
Bejarano, que se traslada hasta Montilla para iniciar los trabajos.
La relación entre Bautista de Morales y Ramos Bejarano se
origina en 1621, cuando nuestro paisano le encarga la impresión de su obra,
Jornada de África del Rey don Sebastián de Portugal. Durante la preparación de
este libro en Sevilla acordarán la compraventa de la máquina y sus aparejos de
estampar que llegará a Montilla.
Signo y firma fedatarios de Juan Bautista de Morales, en su oficio de Notario Apostólico.
Juan Bautista de Morales es hombre culto y polifacético.
Además del castellano, domina el latín y el portugués. Tiene amplios
conocimientos de Historia, Religión y Derecho, lo que le permite ejercer la
profesión de su padre, «notario apostólico» del obispado de Córdoba, y adquirir
dos oficios de «procurador de causas», en Montilla. También desempeñará diferentes
cargos municipales, tales como el de «padre general de menores» y «comisario
del erario público». Aparte de estar empleado en todas estas tareas, desarrolla
su vocación literaria como escritor, traductor y editor.
Por ello, en 1621 ha reunido las oportunas aprobaciones y
licencias de las autoridades para publicar la Jornada de África, una crónica de
contenido histórico, y al mismo tiempo se propone sacar a la luz Corte en Aldea
y Noches de Invierno, un tratado de cortesanía escrito en portugués por Francisco
Rodrigues Lobo y traducido al castellano por el propio Bautista de Morales.
Portada de "Corte en Aldea y Noches de Invierno", primer libro impreso en Montilla, en 1622. (Biblioteca de la Universidad de Oviedo) |
Desde ese momento, la imprenta de Juan Bautista de
Morales estampa numerosas obras de diversa temática. Asimismo, recibe encargos
del marqués de Priego, como quedará especificado en la portada y colofón de
cada impreso, del Colegio jesuita de La Encarnación, de los conventos
montillanos, de los escribanos públicos, y de numerosos particulares de Córdoba
y Sevilla, principalmente.
A partir de 1624, finalizado el convenio anual entre
Bautista de Morales y Botello de Payva, el portugués decide establecerse como
impresor independiente, lo que provocará la insólita peculiaridad de la
existencia de dos talleres tipográficos en la villa durante varios años.
En 1628 Manuel de Payva se traslada a Antequera, ciudad
que en esos momentos demanda un establecimiento tipográfico. Por su parte, Juan
Bautista de Morales continuará su labor editora hasta su muerte, acaecida en
1634, año en que está fechada la última obra impresa en Montilla que conocemos.
Breve reseña biográfica
Juan Bautista de Morales nace en Montilla en 1577. Fue
hijo de Juan Baptista y de Leonor Rodríguez de Morales. Desde su nacimiento se
encuentra rodeado de un ambiente letrado y humanista, ya que su padre ejercía
los oficios de notario apostólico y procurador.
De su infancia y juventud se tienen pocas noticias. Con
toda probabilidad se educaría en los colegios jesuitas de Montilla y Córdoba.
En 1596 contrae matrimonio con Inés de León, del que nacen sus tres hijas:
María, Ana y Magdalena.
Marca de impresor utilizada por Juan Bautista de Morales, incluida en los libros estampados en su taller tipográfico montillano. |
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