El Excmo. Sr. D. José Salas y Vaca, con uniforme diplomático de Gentihombre de Cámara de Alfonso XIII |
Siempre se ha dicho que Montilla es una ciudad que aportó
grandes personajes a la Historia. No en vano, en el Siglo de Oro hispánico resuenan
nombres universalmente conocidos que gracias a la trascendencia de sus hechos hoy
forman parte de su galería de patricios ilustres: el Gran Capitán, San Juan de
Ávila, el Inca Garcilaso o el mismo San Francisco Solano, cuyas fiestas
patronales ahora celebramos.
Al igual que en los albores de la modernidad, tres siglos
después Montilla volverá a sumar sus mejores hijos a la vida política, militar,
social y cultural de la nación española con la llegada del Régimen Liberal. Una
emergente edad de plata que estará
protagonizada por apellidos como Alvear, Ruiz-Lorenzo, Núñez de Prado,
Jiménez-Castellanos, Aguilar-Tablada, Garnelo Alda o Ruiz de Salas entre otros,
cuyas meritorias biografías se vienen recuperando en la actualidad por parte de
la comunidad científica.
Tal es el caso del montillano José Salas y Vaca (1877-1933) cuya
vida y obra ha sido objeto de una tesis doctoral en la Facultad de Medicina de
la Universidad Complutense de Madrid. Su autora, Ruth Candela Ramírez, proyecta
un perfil biográfico y profesional de largo alcance profundizando en la extraordinaria
labor que José Salas desempeñó en los inicios de la neuropsiquiatría española,
durante el primer tercio del siglo XX.
Esta nueva investigación lo considera como uno de los grandes
reformadores de las instituciones públicas de salud mental de su tiempo, así
como un innovador en la metodología seguida en el tratamiento a los enfermos;
una inquietud que el doctor Salas dejó plasmada en más de una decena de
publicaciones, numerosos artículos en revistas científicas, y en los foros
académicos y universitarios que participó.
Doctorado en Medicina por la Universidad Central de Madrid
antes de cumplir los veinticuatro años, en 1901 inicia su andadura laboral en el
Real Hospital del Buen Suceso y dos años después ingresa por oposición en el
Cuerpo de Beneficencia General. En 1911 es nombrado Jefe Facultativo del
Manicomio Nacional de Leganés, cargo que ocupará hasta su jubilación en 1929,
cuya institución será la principal receptora de sus progresos. Igualmente,
formó parte del Cuerpo de Médicos de Baños, de la Sociedad Española de Higiene,
del Instituto de Medicina Social y de las Reales Academias de Cádiz y Córdoba.
Dada su vocación sociopolítica participó en la dictadura de
Miguel Primo de Rivera, siendo nombrado Gobernador Civil de las provincias de
Albacete, Cádiz y Huelva. A lo largo de su vida recibió las distinciones de
Gentilhombre de Cámara de Alfonso XIII (1912), la Gran Cruz de la Orden Civil
de Beneficencia (1921), Hijo Predilecto de Montilla (1925), y Comendador de la
Orden Civil de Alfonso XII (1927).
En 1930 se jubila por enfermedad, pasando sus últimos años
entre Montilla y la capital cordobesa, en la que muere a finales de 1933 a los
cincuenta y seis años. Sus cenizas las guarda la misma tierra que le vio nacer. Sin duda, José Salas y Vaca es parte esencial de esa edad de plata montillana que la ciudad
debe recuperar para la memoria de las generaciones presentes y futuras.
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