La historia general de un pueblo, de una
civilización o de una cultura, se abastece de la pequeña historia, la que
cotidianamente advierte el transcurrir diario de sus gentes, de sus propios
hechos, de sus luces y de sus sombras. Son estas gentes las que forjan la
historia con sus inquietudes, aspiraciones y proyectos, fruto propio de una
vida -muchas veces ingenua e incomprensible para la sociedad que los rodea- en
la que sus imprevistos esfuerzos, afanosos y altruistas, son posteriormente
reconocidos por la misma historia. Cuando se dan estas condiciones, donde la
historia de cada día repercute en el transcurrir de la historia oficial de un
país a través de sus hechos, y la versión local de la misma trasciende a la
general, podemos señalar que en ese lugar se escribió una página de nuestra
común historia.
Esta obra fue traducida por Juan Bautista de Morales al castellano, y fue impresa entre Córdoba y Montilla, en 1622. |
Tal fue el caso, de las inquietudes que Juan
Bautista de Morales mostró hacia las ciencias y las letras de su época. Nuestro
paisano nace en el seno de una familia donde la lectura y la escritura eran
cotidianas. Hijo de Leonor Rodríguez de Morales y Juan Baptista, que ostentaba
en la villa los oficios de procurador y notario apostólico, es bautizado el
domingo 7 de julio de 1577 en la parroquia matriz de Santiago, ante la
presencia de los padrinos don Pedro de Figueroa y doña María Venegas[1].
Su niñez y juventud las pasa entre el colegio de La Encarnación , donde
recibe la educación y formación de los padres jesuitas, y el hogar familiar,
donde su padre escribe y compone los legajos de manuscritos oficiales para las
autoridades judiciales del marquesado y eclesiásticas de la diócesis.
La polifacética vida de Juan Bautista de Morales
transcurrió entre Montilla, Córdoba, Sevilla y Madrid. En los archivos locales
constatamos que contrae matrimonio el 25 de agosto de 1596 con Inés de León[2].
Fruto del enlace nacen sus tres hijas: María, Ana y Magdalena, entre 1597 y
1601.
En el terreno profesional sigue los pasos de su
padre, actuando de notario apostólico en numerosos documentos eclesiásticos de
la época, entre los que podemos citar por su relevancia, los interrogatorios
del proceso de beatificación del Venerable Maestro Juan de Ávila, que se hacen
en Montilla en 1624, donde es convocado como “notario infrascripto, apostólico,
y aprobado y escriptto en el Archivo de la Cortte Romana , a
quien nombró para esta información, y juró de fidelitter agendo.”[3]
Asimismo, el 21 de julio de 1619 compra un oficio
de procurador en Montilla a Martín Jerónimo de Varo “en precio de mil y
cuatrocientos y quince reales […] por cuanto los a recibido del dicho Juan
Baptista de Morales realmente y con efecto”[4].
A partir de esa fecha se deja ver en incontables escrituras notariales de los
protocolos locales, donde interviene como apoderado en los más variados
documentos de compraventa, pleitos, testamentarias, etc.
Este insólito tratado de poesía fue impreso por el portugués Manuel Botello de Payva en 1627, en su establecimiento de la calle Corredera. |
Pero si por algún motivo es relevante el paso de
este insigne montillano por las escribanías de la entonces villa del Marqués
del Priego, es porque un 10 de octubre del año 1622 se presenta ante el notario
público Luis Gutiérrez acompañado de Manuel Botello de Payva, que se ha
trasladado desde Sevilla con la maquinaria de una imprenta cuya compra ha
concertado Juan Bautista en días pasados con el maestro impresor Gabriel Ramos
Bejarano, cordobés afincado en la capital hispalense. A la histórica cita
también concurren como testigos sus hijos políticos Pedro Mantero y Andrés de
Morales, junto con su buen amigo Cristóbal de Carrión.
La citada escritura, que recogemos íntegra,
describe la instalación de una imprenta estable, donde han de trabajar
conjuntamente el impresor sevillano como maestro y oficial, y Juan Bautista de
Morales como propietario y promotor de la empresa, detallando exhaustivamente
los derechos y deberes de ambos para el óptimo funcionamiento de la misma.
“En la villa de Montilla en diez días del mes de
octubre de mil / y seiscientos y veinte y dos años en presencia de mí el
escribano público y testigos / parecieron Juan Baptista de Morales vezino desta
villa y Manuel / de Paiba vezino que dixo ser de la ciudad de Sevilla estante /
de presente en esta villa y dixeron que por quanto el dicho / Juan Baptista de
Morales trajo a ella un imprento de hazer / libros con la prensa y demas cajas
y demas / recado que para ella le envió vendida Grabiel Ramos / Bexarano vezino
de la ciudad de Sevilla el qual concertó / con el dicho Manuel de Paiba que
avia de venir con ella / a esta villa para administrarla como Maestro y oficial
/ accediendo solo y con oficiales no aviendolos o aviendolos a la compostura en
la caja y a tirar y batir en la prensa / y hazer todo lo que en su aumento y
buen despacho fuese / necesario y el susodicho le puso por dicha y después que
estan / en ella sean concertado el dicho Juan Baptista de Morales / y el dicho
Manuel de Paiba de que se haga asiento por / un año y por el dicho trabajo y
ocupación el dicho Ma/nuel de Payba a de llebar y el dicho Juan Baptista de
Morales / le a de pagar cincuenta reales cada mes demas / de la cama comida y
bebida y ropa limpia cada / mes. Y para que la susodicha sea estable an acordado / de otorgar dello escritura en
forma. Por tanto en / aquella vía y forma que mejor a lugar en derecho / el
dicho Manuel de Payba se obligó a asistir / y trabajar conforme la relación de
la cabeza desta / escritura en la imprento en la casa del dicho Juan Baptista
/de Morales acudiendo a la caja y prensa como dicho es / sin oficiales y con
ellos conforme la ocasión se ofreciere / y si saliere fuera la dicha imprenta a
imprimir algun libro u otra cosa a Sevilla y ir con ella donde quiera que fuere
/ por tiempo de un año que empieza a correr desde primero deste presente mes de
octubre y que en el / no dexara la dicha imprenta ni dexara de trabajar / día
alguno de trabajo sopena que si la dexare / y se ausentare el dicho Juan
Baptista pueda traer otro / oficial a su costa y por lo montare y se /
contentara con el pueda executar a el dicho Manuel / de Paiba. Y si por esta
causa alguna otra comenzada / causare y por esta razon u otra algun daño o costa / se lesigiere al
dicho Juan Baptista le pueda executar / por la cantidad que fuere la perdida o
la costa / montare lo qual queda diferido en el juramento / del dicho Juan
Baptista para que con el solo y sin otra / prueba ni averiguación alguna sea recaudo / bastante para
ejecutarle. Y el día que de/xase de trabajar por su culpa el dicho Manuel de /
Paiba se le descuente quatro reales de su salario / o los que fueren los aya de
cumplir después de cumplido el año conforme a la voluntad del dicho Juan
Baptista en cuya / averiguación queda diferida en su juramento como / dicho es.
Y confiesa que a cuenta de lo que a de / ganar de salario a recivido del dicho
Juan Baptista de Morales / un bestido calzon ropilla y ferreruelo de paño de /
mezcla nuevo con botones de plata y unas mangas de / tafetán de polín y unas
ligas de tafetán con randas / y puntas de plata fina en quince ducados. / En
dineros a recivido hasta oi día de la fecha del mes / setenta y dos reales que
todo monta doscientos y treinta y siete reales. Y lo que nos fuere / reciviendo
el dicho Juan Baptista lo a de tener sentado dicho en su / libro y asiento y
firmandolo el dicho Manuel de / Paiba lo qual sea recaudo bastante para
descargo del / dicho Juan Baptista y para que a si lo cumpliran y daran por
firme ambos los susodichos obligaron / sus personas y bienes avidos y por aver
y dieron /poder a las justicias de su Majestad a donde fuere / pedido
cumplimiento desta escritura y en especial a los / desta villa de donde el
dicho Juan Baptista de Morales es / vecino y el dicho Manuel de Paiba se somete
renun/ciando el de su fuero de la ciudad de Sevilla y otro / que tenga y de
nuevo gane y la lei si conbenesit / de jurisditione omniun judicum y nueba /
prematica de las sumisiones y confiesa que es de / mas de veinte y cinco años y
ambas partes renun/zaron por estas leyes y derechos de su favor / y la general
del derecho y lo firmaron siendo /
testigos Pedro Mantero y Andrés de Morales y Cristóbal de Carrión
vecinos y estantes en esta villa que juraron conocer a el otorgante y ser el
qual y llamarse como se llama como dicho es. / Juan Baptista de Morales
[rúbrica] / Manuel de Payba [rúbrica] / Luis Gutiérrez escribano público
[rúbrica][5].
Otro ejemplo de las traducciones realizadas por Juan Bautista de Morales. En esta ocasión la obra quedó manuscrita y encuadernada en 1625, ¿preparada para su posterior impresión? |
Este insólito instrumento pone de relieve el hecho
de que en Montilla funcione una imprenta estable regentada por dos impresores.
Ello implica y explica su dilatada producción, donde, en más de una década de
pleno funcionamiento (1622-1634) hemos localizado -hasta la fecha- más de una
veintena de trabajos impresos en la localidad.
Otra particularidad notable sobre la instalación de
una imprenta en una población que apenas los dos mil quinientos vecinos, es la
prematura fecha en la que se establece. Si recordamos los orígenes de la
imprenta tipográfica, vemos cómo Gutenberg, su inventor, compone su primer
libro, La Biblia
de 42 líneas, en torno a 1452, en Maguncia (Alemania). El invento del “arte
de reproducir en un papel u otra materia, por medio de presión, una plancha o
unos caracteres impregnados de tinta” llega a España tres décadas más tarde.
Así, en 1472 el impresor germano Johann Parix compone el incunable más antiguo
que se conoce: el Sinodal de Aguilafuente para el cabildo clerical de
Segovia.
En esta época, el arte de imprimir ya se ejerce en
importantes ciudades como Barcelona, Zaragoza, Salamanca o Sevilla. Pero la
imprenta no llega a tierras cordobesas hasta bien entrado el siglo XVI, donde
es introducida en la capital por el librero e impresor ambulante Juan Bautista
Escudero, quien adereza su primer libro en 1556. El emplazamiento de impresores
en la segunda mitad del siglo XVI en Córdoba es escaso. Apenas tres artesanos
más son localizados en la ciudad califal: Simón Carpintero, Diego Galván y
Gabriel Ramos Bejarano[6].
También se imprimieron en Montilla obras didácticas destinadas a la educación, como la preparada por Cristóbal Bautista de Morales para que su hermano la imprimiera en 1623. |
Este último, decide trasladarse a Sevilla en 1609,
ante la escasa producción demandada en Córdoba, donde fallece en 1624.
Establecido en la calle Génova, imprime en 1622 la primera obra escrita por
Juan Bautista de Morales, Jornada de África del Rey don Sebastián de
Portugal[7]. En
el transcurso del proceso de impresión del libro, Bautista de Morales concierta
con Ramos Bejarano la compra de la maquinaria de la imprenta y con Botello de
Payva su traslado a Montilla, como queda reseñado en la anterior escritura
notarial.
Instalada la imprenta en Montilla, los trabajos
impresos -que hasta la fecha hemos hallado- son de temática muy variada. Aunque
no nos podemos ocupar de todos, porque ello requiere un estudio más profundo y
extenso de cada ejemplar, tanto en su continente como en su contenido, mencionaremos
algunos de los más destacados. Entre ellos podemos citar, la impresión que hizo
de Corte en Aldea, y noches de invierno, escrita en portugués por
Francisco Rodríguez Lobo y traducida al castellano por Juan Bautista de Morales
en 1622, lo que manifiesta que el montillano era políglota. Un año más tarde,
se imprime el libro Pronunciaciones generales de lenguas, ortografía,
escuela de leer, escribir, y contar, y significación de letras en la mano,
escrito por su hermano Cristóbal.
De igual forma, en estos años, Botello de Payva,
edita todo tipo de avisos, sermones, tratados y pleitos. Aunque la obra impresa
más significativa es Panegírico por la Poesía , escrito por el fraile agustino
Fernando de Vera ¿residente en el convento montillano?. No podemos olvidar la
edición príncipe de Maravillas de Naturaleza, que salió de las prensas
de Bautista de Morales en 1629. Se trata de un compendio científico que
escribió Manuel Ramírez de Carrión, maestro y secretario del Marqués de Priego.
Entre la diversidad de obras impresas en Montilla está un curioso testimonio de la Inquisición sevillana, estampado por Manuel de Payva en 1625. |
El último libro compuesto en la imprenta montillana
que hasta ahora conocemos, está titulado Arte de servir a Nuestra Señora y entretenimiento
para sus devotos.
Se trata de la primera parte de un texto religioso escrito por el
licenciado montillano Fernando Gómez de Algaba y Espejo, que ejerce su
ministerio sacerdotal en “la
Parroquial de Aguilar de la frontera”. Esta primera parte se
imprime en 1631, lo que hace suponer una segunda que nunca fue impresa,
posiblemente, debido a la avanzada edad de Juan Bautista de Morales. El
escritor, traductor e impresor montillano, fallece el 21 de febrero de 1634 y
en su testamento manda ser enterrado junto con sus padres y hermano Cristóbal,
en una sepultura que su familia posee en la capilla de las Ánimas de la Parroquial de Santiago,
frente al altar privilegiado del arcángel San Miguel[8].
Aunque en este trabajo situamos a Juan Bautista de
Morales en la sociedad intelectual andaluza de su época (1577-1634), éste es
sólo el comienzo de un amplio ensayo biográfico y bibliográfico en el que nos
encontramos inmersos, del que, en adelante, seguiremos publicando noticias
antes de su recopilación definitiva en un volumen donde quede acopiada la
totalidad de la investigación.
*Artículo publicado en: Nuestro Ambiente. Año XXVIII, nº 314 (Noviembre, 2005), págs. 32-34.
FUENTES DOCUMENTALES
[1] Archivo Parroquial de Santiago de
Montilla (APSM). Libro 5º de bautismos, f. 264 v. “Domingo siete días del mes de julio de 1577 años / el Bachiller
Alonso Sánchez de Moya capellán baptizé a / Juan hijo de Juan Baptista
procurador y de su mujer / Leonor Rodríguez fueron padrinos don Pedro de Figueroa
y doña María Venegas./ Alonso Sánchez de Moya [rúbrica].”
[2] APSM. Libro 3º de desposorios, f. 2 v. “Domingo
veinte y cinco de Agosto de mil y quinientos y / noventa y seis años con
licencia de el Ldo. To/más de Baeza Polanco provisor y gobernador de este
obispado di las bendiciones nupciales a Juan / Baptista de Morales hijo de Juan
Baptista notario y de Leonor de / Morales su mujer, y a Ynes de León hija de
Andrés de Avila difunto y de María Pérez su mujer. Siendo testigos el Padre
Mi/guel Pérez Cañasveras y Lorenzo Pérez Cañasveras, Cristóbal / de Luque
Bernardino y otros muchos todos vecinos desta villa y firmelo ut supra. /
Hernando Gómez de Espejo [rúbrica].”
[3] Proceso de beatificación
del Maestro Juan de Ávila. Biblioteca de Autores Cristianos (BAC). Madrid 2004.
Proceso en Montilla, p. 299.
[4] Archivo Notarial de
Protocolos de Montilla (ANPM). Notaría 2ª. Leg. 220 bis, escribano Francisco Martínez Fustero, f. 547.
[5] ANPM. Notaría 7ª. Leg.
1185, escribano Luis Gutiérrez, f.
246.
[6] VALDENEBRO Y CISNEROS,
José Mª. La Imprenta
en Córdoba, ensayo Bibliográfico. Madrid, 1900.
[7] RAMÍREZ DE ARELLANO,
Rafael. Ensayo de un Catálogo
Bibliográfico de escritores de la provincia y diócesis de Córdoba. Madrid,
1921.
[8] APSM. Libro 14 de testamentos, f. 75 v.
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