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Durante la Visita Pastoral efectuada en 2019 el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, tuvo oportunidad de conocer la existencia del pozo de la casa de los padres de san Francisco Solano. |
En 1573 Inés Gómez
recibe la mitad de la casa familiar en concepto de dote matrimonial. Para ese
tiempo Diego Ximénez Solano, el primogénito, había contraído matrimonio seis
años atrás, y Francisco Solano, el más benjamín de los hijos, ya había vestido
el hábito franciscano en el convento de San Lorenzo de Montilla.
El día de Navidad de
1579 muere el cabeza de familia, Mateo Sánchez Solano. Su hijo (y albacea)
Diego solicitó abrir el testamento del padre para conocer sus últimas
voluntades. Días después se llevó a cabo un exhaustivo inventario y tasación de
los bienes familiares.
A continuación, presentamos varios fragmentos de los documentos notariales que reúne el expediente testamentario de Mateo Sánchez Solano, conservado en el Archivo de la Parroquia de Santiago de Montilla, donde se contiene la descripción y adjudicación de la vivienda familiar, realizada por dos alarifes de la villa, que estimaron su valoración, haciendo referencia al citado pozo:
“Las dichas casas son los querpos de palacio e portal alto y bajo, están adelante del patio y son todo el corral de las / dichas casas, valen a lo que entienden y alcançan sesenta y ocho mil maraverís y destos en razón de la serbidumbre que el señor de el dicho palacio e portal desde el corral tiene a la mitad de la bodega de las dichas casas, que por razón de la servidumbre que ansí mismo tiene a la entrada lagar, pozo y cozina y patio, quitan del dicho aprecio diez mil maravedís, de más que el dicho aprecio queda en cincuenta y ocho mil […]”[1].
En la posterior transmisión de bienes, la vivienda correspondió a la viuda, Ana Ximénez Hidalgo, donde se vuelve a describir el edificio:
Años después, en 1597 fallece Ana Ximénez, quien lega en última voluntad a su hija Inés la otra mitad de la morada familiar[3]. Por su parte, Inés, entregará a su vez la vivienda a su hija Catalina Fernández en dote matrimonial, como aclara en su testamento, otorgado en 1630:
“Declaro que al tiempo y cuando yo casé a Catalina Fernández mi hija con Sebastián García el Rubio su marido le di en dote la mitad de unas casas y otros bienes como constará por la escritura que dello se otorgó a que me refiero, mando que se aceptare mi herencia lo traiga a colación y partición con los demás mis hijos y herederos.
Declaro que en la otra mitad de casa en que yo vivo en esta ciudad en la calle Sotollón, porque la otra mitad es de la dicha Catalina Fernández mi hija como se refiere en la cláusula antes desta, y así en la dicha mitad de la casa en que yo vivo an hecho muchas obras y reparos Juan Pérez de Aguilar y María del Pino mis hijos hasta en cantidad de cien ducados de los quales le soy deudora […]”[4].
Fallecida Inés Gómez de Varea en 1634, dos años después sus hijos procedieron a la partición y adjudicación de la herencia de su difunta madre. Catalina Fernández renunciaría a su herencia a favor de sus hermanos. Para lo cual se realizó un inventario de bienes, donde nuevamente se describe la vivienda, que será adjudicada a María del Pino:
“La mitad de unas casas en esta ciudad en la calle Sotollón prohindibissas y por partir con la otra mitad que es de los dichos Sebastián García el Rubio y doña Catalina Fernández / su mujer que toda alinda con casas de Benito Márquez Venegas y de Juan de Priego harriero, que la dicha mitad de casa es los tres cuerpos de la calle alto y bajo con mitad de patio y corral y pozo mitad de todo, fuera de una sala que está en la pieza de en medio a la mano derecha como se entra en este aprecio por ser propia de la dicha María del Pino y así en esta forma se pone y aprecia en trescientos ducados”[5].
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Colocación de la artística tapa en forma sol, realizada en bronce por los talleres lucentinos de Angulo. |
El fervor de los montillanos hacia su paisano quedará plasmado en una progresiva manifestación de todos los estamentos de la sociedad local. En 1647, aún siendo venerable, el VI marqués de Priego, Luis Ignacio Fernández de Córdoba y Figueroa, le nombra patrono de Montilla y todo su estado señorial. En 1664 ya existe una Obra Pía que promueve la construcción de un templo en las citadas casas familiares, como atestigua este fragmento de una escritura notarial:
“[…] que en esta ciudad se quiere hacer una Iglesia y Santuario del venerable Padre san Francisco Solano natural della, en unas casas principales que fueron de sus padres y abuelos del dicho santo que oy poseen Dª Ana Solano, mujer legítima de Don Rodrigo Fernández Zorrilla, mayordomo mayor de la Casa de Su Excelencia el Marqués de Priego Duque de Feria mi señor, como nieta de la hermana legítima de dicho santo en las cuales dichas casas nació y se crió el dicho santo que son en la calle Fuente el Álamo de esta ciudad […]”[6].
El Venerable Fray
Francisco Solano será beatificado por el pontífice Clemente X en 1675. Seis
años después el proyecto de construcción del templo patronal recibirá un fuerte
impulso social y económico, proyecto que estará dirigido por el letrado
montillano Francisco Isidro de Alba, oidor de la Real Audiencia y Chancillería
de Granada. En 1726 el beato Francisco Solano es canonizado por Benedicto XIII.
La existencia del pozo
no escapó a la pluma de cronistas, historiadores y biógrafos de San Francisco
Solano. Hemos localizado varias referencias que testimonian y evidencian el
poder curativo de sus aguas.
Así lo recoge el presbítero montillano Antonio Jurado de Aguilar, en su Historia de Montilla (ms. fechado en 1776):
“Es así mismo este templo, la Ciudad de refugio, paño de lágrimas a todos los Montillanos, en las aflicciones del alma y cuerpo, por experiencia diaria, de que el Santo a todos lo entiende y los atiende, y que es Abogado especial de la salud, y los buenos temporales, hay un pozo en medio de la Iglesia cuyas milagrosas aguas a muchos sanan de males, especialmente de cuartanas”[7].
Del mismo modo, el también montillano Francisco de Borja Lorenzo Muñoz, abogado de los Reales Consejos, en su Historia de la M.N.L. Ciudad de Montilla (ms. fechado en 1779), lo describe de la siguiente forma:
“Plantificose la Iglesia de una nabe con capilla maior, en ella vistoso presbiterio, con sus gradas de jaspe encarnado, cruzero, su media naranxa mui elebada, y cuerpo de tal Iglesia, todo con cornisa, y su coro frente del altar, dexando en medio bien fortificado y enlosado el pozo de agua dulce de la casa, con que se cura los atercianados; y bien prebenida de luz […]”[8].
En la interesante descripción de la ciudad de Montilla que realiza en 1787 el ilustrado geógrafo Bernardo Espinalt y García, en su célebre Atlante español, ó Descripcion general geográfica, cronológica, è histórica de España, también hallamos descrito el pozo de la iglesia patronal:
“Tiene tres mil vecinos en dos Iglesias Parroquiales, que tienen por Titulares la una a Santiago, con un Abad, un Vicario, y muchos Beneficiados, y la otra a San Francisco Solano natural, y Patrono de esta Ciudad, fundada en la Casa del mismo Santo, en la que aún se conserva el Pozo en medio de la Iglesia, cuya agua es medicinal”[9].
Entre los biógrafos de San Francisco Solano, cabe destacar la reseña del padre Fr. Atanasio López de Vicuña, quien escribe en una voluminosa Vida, milagros y recuerdos de S. Francisco Solano en España, de 1895, que no se llegó a publicar. En el primer cuaderno de la versión previa a la final aparece esta detallada referencia:
“En medio de la iglesia está el pozo que servía a los padres del Santo. Es profundísimo y tiene los agujeros o mechinales para subir y bajar con maderos o leños. La apertura de arriba sólo tiene hoy como un palmo de circunferencia, para evitar alguna caída. El agua es potable mientras que en todos los pozos circundanos es salobre. Hay tradición que se transformó el agua del pozo desde que cayó así o se echó un zapato del Santo”[10].
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Las obras de adecuación fueron concluidas en vísperas
de la festividad de san Francisco Solano, en cuya solemnidad religiosa fue presentada. |
El también franciscano Arcángel Barrado firma un trabajo biográfico que vio la luz en el Boletín de la Real Academia de Córdoba en 1949, año del IV centenario del nacimiento del Santo Solano, en el cual también hace referencia al citado pozo, que transcribimos:
“Dentro de la iglesia y en el segundo arco de las naves, lado del evangelio, se conserva el pozo que serviría para el abastecimiento de agua en la casa solariega de los Solano”[11].
Aquel año de conmemoración natalicia fue especialmente celebrado en Montilla. Entre las publicaciones divulgativas que vieron la luz merece especial atención Cinco moradas de Solano, firmada por el escritor montillano José Cobos Jiménez, cronista de la ciudad. En su capítulo dedicado al santuario solanista puntualiza la existencia y ubicación del pozo:
“En la nave central del templo, próximo al segundo arco de la izquierda según se entra, a unos diez metros del cancel, hay un pozo que se respetó al construir la iglesia. Es el mismo que en tiempos de Solano abastecía de agua la casa de Mateo Sánchez. En el suelo no aparece ninguna inscripción ni signo que denote su existencia. Únicamente se ve un agujero en el centro de la losa de mármol que lo cubre”[12].
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Durante la ceremonia religiosa del pasado 14 de
julio el Sr. Obispo procedió a la bendición de la nueva apertura del pozo de la
casa de Mateo Sánchez y Ana Ximénez. |
Con la llegada del
abastecimiento general de agua potable a la ciudad a partir de 1871 las fuentes
y pozos del vecindario cayeron paulatinamente en desuso. En las obras de
restauración llevadas a cabo en el templo en los años finales del siglo XX la
antigua solería fue sustituida por la actual, momento en que quedó cegada la
estrecha embocadura del pozo. A pesar de ello, hasta la fecha no se ha perdido
entre los feligreses y devotos de San Francisco Solano la memoria del mismo,
como se ha podido comprobar en esta ocasión, en que se pretende recuperar su
acceso y uso.
Créditos fotográficos: Jaime Luque, Pepe Palma.
*Trabajo publicado en la revista "Nuestro Ambiente". Año XLIV, núm. 481, págs. 18-21. Octubre, 2022.
FUENTES DOCUMENTALES
[1] Archivo Parroquial de Santiago de Montilla (APSM). Cuaderno facticio de la testamentaría de Mateo Sánchez Solano, fols. 26v-27r.[2] Ibídem, fol. 35r.
[3] Archivo de Protocolos Notariales de Montilla (APNM). Escribanías S. XVI. Leg. 68, fols. 887r-888v.
[4] APNM. Escribanía 1ª. Leg. 54, fols. 415r-417v.
[5] APNM. Escribanía 1ª. Leg. 60, fols. 244r-248v.
[6] APNM. Escribanía 5ª. Leg. 842, fols. 398 y ss.
[7] JURADO Y AGUILAR, Antonio. Historia de Montilla, fol. 202v. Ejemplar consultado en la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque, (Ms. 103).
[8] LORENZO MUÑOZ, Francisco de Borja. Historia de la M.N.L. Ciudad de Montilla, pág. 156. (FBMRL, Ms. 54)
[9] ESPINALT Y GARCÍA, Bernardo. Atlante español, ó Descripción general geográfica, cronológica, è histórica de España, por reynos, y provincias: de sus ciudades, villas, y lugares más famosos: de su población, ríos, montes, &c. adornado de estampas finas, que demuestran las vistas, perspectivas de todas Ciudades, trages propios de que usa cada Reyno, y Blasones que les son peculiares. Tomo XI. Madrid, 1787; págs. 183-184.
[10] LÓPEZ DE VICUÑA, Atanasio. Vida, milagros y recuerdos de S. Francisco Solano en España, cuaderno 1º, [s.n.]. Ejemplar consultado en el Archivo Histórico Provincial y Biblioteca de la Provincia Franciscana Bética o de Andalucía, de Loreto (Sevilla).
[11] BARRADO, Arcángel. “San Francisco Solano en Montilla y Loreto”, en Boletín de Ciencias Bellas Letras y Nobles Artes de la Real Academia de Córdoba, Córdoba, año XX, nº 62, (julio-diciembre 1949); págs. 143-152.
[12] COBOS JIMÉNEZ, José. Cinco moradas de Solano. Montilla, 1949; pág. 8.
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