En la Cuaresma de 2008 publiqué este artículo en "La Voz de los Romanos", recordando a los lectores que se acercaba el centenario de la incorporación de los "Soldados Romanos" a la Semana Santa de nuestra ciudad, y que un año después provocó el inicio de un acto que se ha convertido en eje central y referente singular de los días de la pasión, muerte y resurrección de Cristo según Montilla. Este año se cumple el centenario de la fundación de la Hermandad de Jesús Preso e, igualmente, de "El Prendimiento"; efeméride que la cofradía del Jueves Santo tiene el acertado propósito de conmemorar. Traigo hasta aquí dicho artículo, que recopila varia información de los pasos dados para que los montillanos asistieran -in situ- a la entrega de Jesús en la popular plaza de la Rosa:
«Próximo a su primer centenario se
encuentra la primera vez que los Soldados
Romanos desfilaron en la
Semana Santa montillana. Apenas quedan cinco años para
alcanzar el ciento que hace ya que se formara la primera corporación de
Romanos, de la cual tenemos las primeras noticias en marzo de 1913.
Centrándonos en los inicios de la corporación romana, la primera referencia que conocemos aparece en la revista dominical Eco Parroquial, órgano de expresión de las dos parroquias existentes en esos momentos en la ciudad. La noticia es titulada por su anónimo autor “Los Soldados Romanos”, y la reproducimos íntegramente, dado su interés:
“Es la primera vez que se ha
presentado ente elemento en la procesiones de Semana Santa en Montilla; ni los
papeles que he revuelto en otra ocasiones, que hablan de antiguas cofradías, ni
la tradición hablada dicen nada de Soldados Romanos.
Es indudable que la Cofradía de Soldados
Romanos en unas partes, como la de los Judíos y Santones en otras, responde a
un sentimiento de piedad que ha querido reproducir a lo vivo las escenas de la
pasión de Nuestro Señor para impresionar mas profundamente la devoción de los
fieles, moverlos con más eficacia al odio al pecado y amor de Jesucristo.
Las ceremonias de culto católico
pueden producir y producen siempre su efecto, cuando se practican; edificante,
si se observan con puntualidad y se realizan con espíritu, escandaloso cuando
en su cumplimiento no hay seriedad. De esta condición participan también
aquellas cosas que sin ser ceremonias de culto se admiten en él. Por esta causa
llamo la atención de los directores de los Soldados Romanos para que uno de sus
empeños principales sea el de sostener la piedad y buenas costumbres entre los
cofrades, para que cuando llegue el momento de exhibirse en los actos de la Cofradía edifiquen a
cuantos los vean, e inspiren piadosos
sentimientos a todos.
Con esto se me viene a la memoria
una anécdota, que no deja de tener gracia por el juego a que se prestan algunas
de sus palabras.
En un pueblo, no muy lejos de
este, el hermano mayor de la
Cofradía de los Judíos, algunos días antes de la Semana Santa le dice a los
hermanos “El que quiera ser buen judío que se confiese”.
La primera vez que desfilan Los Romanos por las calles de Montilla es
durante la Semana Santa
de 1913. Tras su primera aparición en los cortejos procesionales, se organizan
su Reglamento como corporación independiente a cualquier cofradía, como recoge
el periódico quincenal El Porvenir
Montillano, que publica una memoria en febrero de 1914 sobre su evolución
en su primer año de existencia. Así quedó conformada su primera Junta
Directiva: José Ortiz Sánchez, Presidente; Rafael Pedraza Cobos, Secretario;
Juan Bautista Pérez, Secretario; Francisco Márquez Varo y Juan M. Algaba y
Cuesta, Vocales.
Asimismo el noticiario cita al
precursor de la causa romana para Montilla: el artesano Rafael Márquez Molina.
Como también cita al “ingenioso artista don Manuel Garnelo Alda” que “ofreció
el dibujo y decorado de la bandera para la nueva corporación, así como
alistarse de socio bienhechor”.
Este mismo año de 1914 nace la Cofradía de Jesús de las
Prisiones, y con ella El Prendimiento,
así lo hace público el Eco Parroquial:
“Nueva Cofradía. Hace algunos meses que varios jóvenes de esta ciudad se
reunieron para acordar la constitución de una cofradía que tuviera como fin
fomentar el culto de la venerada imagen de Nuestro Salvador que con el título
de Señor de las Prisiones se venera
en la Parroquia
de Santiago y determinaron sacarla en procesión por nuestras calles la tarde
del Jueves Santo acompañado de la hermosa de Nuestra Señora de los Dolores que
se honra en la Iglesia
de S. Francisco de Asís.
[…] Como la imagen representa a
Nuestro Redentor en el momento en que fue preso en el Huerto de las Olivas y en
aquellas tristísimas horas de la noche
en que fue llevado maniatado de tribunal en tribunal por las calles de
Jerusalén rodeado de la soldadesca del imperio y del populacho impío e ingrato
que pedía a gritos su muerte; los Soldados Romanos que el pasado año con el
aplauso de todos lucieron en nuestras cofradías, representarán el acto del
prendimiento y después acompañarán a Nuestro Señor.”
Tras pasar las fechas de Semana
Santa, El Porvenir Montillano hace
una breve crónica de cómo han transcurrido las procesiones. Sobre la nueva del
Jueves Santo, apuntaban esta referencia hacia los romanos: “Seguían tras la
imagen de Jesús preso, los soldados romanos, que vistosamente formaban una
guardia respetable por su número y aire marcial…”
Dado el efusivo recibimiento con el
que los montillanos acogieron los primeros años en que desfilaron los Soldados
Romanos por nuestras calles, los directivos de la corporación abrieron sus
horizontes y ampliaron su representación en las procesiones con la incorporación
de los Apóstoles. Así lo detalla una breve reseña en el Eco Parroquial, en marzo de 1915:
“Soldados Romanos. La Corporación de
Soldados Romanos, constituida en esta ciudad en el año 1913 y que contribuyó a
dar mayor solemnidad a las tradicionales procesiones de la Semana Santa celebradas en
aquel año y el pasado, en sus deseos de continuar en el presente con el mayor
esplendor posible tiene en proyecto aumentar el número de soldados y a ser
posible organizar la cooperación (Sic) de los doce Apóstoles.
Necesitando para la realización de este proyecto, que ha de contribuir a dar majestuosidad a referidos actos de sentimientos religiosos, de fondos para sufragar gastos de alguna consideración, esta Corporación invita a los hijos de Montilla para que coadyuven con sus limosnas para tan plausible fin que tanto honra y ennoblece a nuestro amado pueblo”.
Como queda reflejado en la prensa
de época, la aportación de Los Soldados
Romanos a nuestra Semana Santa fue un revulsivo para la misma, y que tras
pervivir en un siglo XX cargado de contrastes, hoy sigue siendo un referente y
un reclamo singular de nuestra Semana Mayor, gracias a la Centuria Romana Munda que
retomó el estandarte de la tradición local dos años más tarde de que se extinguiera
la última resistencia romana del viejo imperio, que tantos días dio color,
sonido y sabor a nuestras procesiones.»
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